La estación de Sants y el aeropuerto de El-Prat fijan a 27 grados la temperatura ambiental
La cara y cruz de la moneda vive España tras el decretazo energético de Pedro Sánchez. Algunas ciudades incumplen la normativa y en cambio otras la aceptan a rajatabla. Ese es el caso de Barcelona cuya estación de tren de Sants y el Aeropuerto El Prat han fijado su temperatura ambiental a más de 27 grados, tal y como pide el plan de ahorro energético del Gobierno, algo que ha sido aceptado por los pasajeros.En declaraciones a Europa Press Televisión, Ana María ha explicado que le parece una medida positiva si sirve para ahorrar energía y ha añadido que «antes no teníamos aire acondicionado y se vivía igual».